Sobre mí | Iván Ramírez Calderón | Psicólogo | Terapeuta

Un poco sobre

Le apuesto al potencial creativo de las fuerzas y vivencias que nos atraviesan para tomar la vida con todo y construir bienestar. Con la psicoterapia atenderemos situaciones específicas y allí donde se resuelve el conflicto puntual comienza el crecimiento! He tenido la fortuna de acompañar a muchos a atenderse y especialmente a crecer, a ampliar su espacio interior y sus formas de expresar sus partes más esenciales y estar.

Para ello exploramos, caminamos, re-aprendemos, resolvemos y confiamos. Apagar incendios o desatar un nudo a veces es necesario, hecho eso el camino está abierto para que se revelen los asuntos centrales y que bueno estar despiertos para escuchar! Por ello y con base en mis propias vivencias y en lo que a diario noto que les ayuda a otras personas a crecer y vivir más plenamente, he llegado a interesarme más y más en los procesos, en las acciones iladas que se desenvuelven en alguna dirección.

Atender los procesos interiores, las búsquedas, conflictos y preguntas sobre el vivir, impulsa el bienestar psicológico y la calidad de vida; moviliza el crecimiento, el vigor de ser y estar, así como la capacidad de concretar y de realizarse como persona. Esto también ocurre con las pequeñas y grandes crisis, el asunto es que o nos resistimos a escuchar lo que la crisis grita o no sabemos cómo escuchar ni qué hacer con ello. En psicoterapia aprendemos también a escuchar, de allí que en el proceso de acompañamiento terapéutico un interés global es aprender a escuchar, a concretar, resolver y direccionarse.

Me interesa también el potencial integrador y reconstructivo de la terapia. Esta posibilidad de aprender y re-aprender a vivir, de re-construir e integrar nuestras partes golpeadas, olvidadas o rotas. Allí, lo energético/corporal, las emociones/sentimientos, los pensamientos, las acciones, la exploración espiritual, son simultáneas y puede que hagamos énfasis en una o en varias facetas sin perder de vista la totalidad, lo que eres como ser humano y tu situación concreta.

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La base para todo esto es el contexto seguro, cuidadoso y de confianza que creamos para atender lo que se necesita. A mí me ha ayudado enormemente ir allí donde necesité ir, darle lugar a lo que hay en mis realidades así duelan o generen miedo por ejemplo, y apoyarme en lo que voy aprendiendo por vivencia directa, así como en la posibilidad de crear y re-crear-me, en la pulsación orgánica y generosa de la vida y el cuerpo, en la autorregulación, la confianza y los equilibrios, e ir descubriendo mis potenciales. Junto con ello, cada quien encuentra sus formas y responde a sus necesidades, así que para mí, acompañar terapéuticamente se basa en la escucha respetuosa y en facilitar que encuentres tu propio potencial de crecer realmente. 

currículum

Algunas cosas que hago, he hecho y puedo hacer

Son más de 15 años de acompañamiento a personas en procesos terapéuticos individuales en una práctica continua, supervisada y fundamentada. En estos años son muchas las historias, aprendizajes, encuentros y desencuentros que me han posibilitado ir juntando de a poco experiencias y recursos potentes que pueden servir a otros. Soy psicólogo de profesión. Me formé en terapia Gestalt integrativa viviendo la terapia en grupo durante tres años. Luego recibí entrenamiento supervisado en terapia individual, grupal y de pareja durante 6 años en Transformación Humana, para luego ser terapeuta didacta y supervisor. La terapia Gestalt integrativa es una vivencia potente del presente, de la totalidad que se es como persona, de la autorregulación, de la actualización de la actitud hacia la vida y de la ampliación de la consciencia y el espacio interior, desde la cual respondemos creativamente a las situaciones. Esta forma de terapia es para mí un pilar que se actualiza, crece y transforma constantemente.

Llegar a un grupo, involucrarse en su dinamismo relacional, facilitar que el grupo y sus miembros atiendan lo que necesitan y descubran caminos creativos de resolver sus conflictividades; acompasar los momentos; dejar suficiente espacio para el aprendizaje en sinergia de la autorregulación  y la apropiación de sus vidas; experimentar el tono único que cada grupo como organismo tiene en sus formas de estar y ser; entrar muy fuerte en esas dinámicas, retirarse y permitir que los procesos tomen su camino; son algunas de las experiencias fascinantes, siempre desafiantes y gratas, que he tenido en más de 10 años de facilitar procesos en diferentes grupos terapéuticos, de corta, mediana y larga duración, así como en retiros y talleres.

El acompañamiento que he hecho a las parejas con las que he compartido ha ido madurando paralelamente a cómo he ido madurando en mi propia relación con sus subidas, bajadas, puntos ciegos y descubrimientos. En mi entender, en el espacio terapéutico las técnicas se aprenden para luego olvidarlas, en el sentido de que están supeditadas al encuentro. En los espacios terapéuticos con parejas esto es aún mucho más evidente, y lo que importa es haber vivido y ser coherente, no santo o sabio, sino coherente y transparente. Es bueno ver cómo en ocasiones lo fundamental de la pareja prevalece a pesar de las torpezas o ver cómo un amor que está madurando convive con los dolores o pendientes individuales, los desafía e impulsa a su resolución.

Como psicólogo clínico fui miembro de un equipo interdisciplinario de rehabilitación funcional por varios años, así como colaborador clínico de organizaciones que hacían intervenciones a poblaciones vulnerables. Más allá de la condición funcional concreta de la persona y el impacto en sí mismo y en la familia, las necesidades comunes que requerian ser atendidas mayoritariamente tenían que ver con la ansiedad (por lo que sucede o puede suceder), la rabia/frustración/rechazo a las realidades, la expresión de la agresión, el saboteo/autosaboteo; la irritabilidad y reactividad ante la situación concreta; la depresión psicógena y reactiva, la falta de sentido e impotencia, y la posibilidad de re-inventarse. Desde el punto de vista clínico, en el que de entrada se busca aprender a transitar un malestar psicoafectivo concreto y tener herramientas que ayuden a tener alivio y bienestar, las posibilidades de tratamiento son amplias. En ese contexto principalmente me oriento por la situación concreta de la persona y su red de apoyo. Desde allí, exploramos soluciones. 

En mis condiciones de vida hay una que tiene muchas formas de expresarse y que impactó, impacta e impactará, quizá, el curso de los hechos. Tengo distrofia muscular fascioescapulohumeral, una condición genética que afecta la fibra muscular y hace que esta se deteriore progresivamente. Hace diez años uso silla de ruedas eléctrica y los síntomas de la distrofia comenzaron hace unos 30 años. Para mi vivir con distrofia ha sido un catalizador de exploraciones. Esos viajes interiores también han sido acompañados en diferentes periodos por trabajar con instituciones en las que he acompañado a personas que tienen alguna dificultad funcional, especialmente física, así como a las familias. Hemos atendido el dolor físico y emocional, la incertidumbre, el rechazo, el sentido de vida, la muerte y el morir, y transversal a todo ello la aceptación y la esperanza, en el sentido en que nunca nada está dicho y se esté como se esté también otros aspectos de lo que se es como persona, pueden realizarse y desde allí vivir más plenamente.  

Luego de graduarme como psicólogo y de estar tres años atendiendo mi proceso personal en un grupo terapéutico de terapia gestalt, continué como psicoterapeuta en formación y pasé varios años siendo supervisado en mi práctica de terapia individual, grupal y de pareja en Transformacion Humana. Tres de esos años fueron supervisados como tutor de un grupo recibiendo luego el título de terapeuta Gestalt, y varios años más estuve siendo supervisado como terapeuta didacta y como terapeuta de grupos. De allí que acompañe actualmente a terapeutas a hacer ejercicios de autoobservación sobre su propia práctica facilitando comprensiones, cambios y profundizaciones de su propio ejercicio, en un contexto de inter-visión y de aprendizaje mutuo.   

Estoy aprendiendo e integrando a los procesos terapéuticos la práctica de TRE, técnica que a través de ejercicios corporales se orienta a liberar la tensión, el estrés y el trauma.   

Al interesarme por la intersección entre psicoterapia y educación, por cómo las personas nos formamos precisamente como personas y como sujetos sociales, así mismo por cómo los procesos profundos de transformación personal son también semillas de transformación comunitaria, obtuve el título de magister en la Universidad Javeriana y realicé una investigación al respecto.  

Este posgrado que estoy realizando en la Fundación Jung de Psicología analítica, de Córdoba Argentina, responde a un interés muy personal y también ligado a mi práctica terapéutica, de continuar navegando por el mundo de lo inconsciente, de lo arquetípico como herencia de la psique de la humanidad, de la integración de las polaridades, de la riqueza del mundo simbólico y de los sueños, y de los misterios del alma y del espíritu. Mis propias intuiciones y los aprendizajes compartidos en el posgrado, enriquecen la práctica terapéutica y potencian los procesos. 

Una potente vía de crecimiento, salud y creatividad en la que se integran respuestas ricas y variadas a las situaciones de vida, es disponerse a tener un diálogo con lo que se sueña al dormir y con lo que lo inconsciente quiere comunicar en esos sueños. Traer esos mensajes a la vida diurna abre caminos insospechados a la vez que nos da una dimensión más amplia de nosotros mismos y de nuestros propósitos. El trabajo terapéutico de los sueños es un espacio individual y grupal abierto a los interesados. 

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